Es la habilidad para atender y transformar la ira y arreglar las diferencias sin violencia ni destrucción.
Es ser paciente y tener disposición para dejar pasar el placer temporal en favor de una meta más difícil e importante.
Es perseverancia, a pesar de una fuerte oposición y grandes desilusiones.
Es tener humildad y saber reconocer los errores que se cometen.
Es capacidad para enfrentarse con la frustración y la derrota, sin permitir que las fuerzas flaqueen.
Es poder tomar decisiones y mantenerlas.
Es el arte de vivir en paz con aquello que no podemos cambiar.
Es tener corazón para cambiar lo que debe ser cambiado y sabiduría para conocer la diferencia.